El hogar es un lugar donde vive una persona (con sus allegados) en la intimidad y desarrolla una vida privada. Se trata de un espacio físico, pero también de una imagen mental. No solamente nuestros recuerdos, sino también nuestros olvidos están alojados. Nuestro inconsciente está alojado, nuestra alma es una morada y al acordarnos de las casas, de los cuartos, aprendemos a morar en nosotros mismos.

– Gaston Bachelard

El artista comenta “Estoy interesado en el espacio que me rodea y que se mueve conmigo físicamente (ropa) y mentalmente (el espacio de la memoria). Mi deseo de guardar y llevar conmigo mi propio espacio íntimo me hace percibir el espacio como algo infinitamente movible”.
El hogar ya ha dejado de ser un espacio fijo para poder ubicarse aquí o allá, es como una tienda de campaña: fácil de transportar e igualmente fácil de montar.
La ropa es un artículo de primera necesidad y también es el espacio más íntimo y mínimo que podemos habitar y transportar.
Al mencionar la ropa como espacio íntimo, nos damos cuenta cómo los productos textiles que a lo largo de nuestra vida cubren nuestro cuerpo, son realmente un espacio que habitamos gran parte del tiempo, una parte fundamental de nuestro hogar. El concepto de “hogar” se convierte en algo portátil, trasladable capaz de superar aspectos como la pertenencia, la separación y la nostalgia.

En estas obras el artista crea rostros representando diferentes edades, diferentes recuerdos de vida que conjugados con el presente constituyen el futuro inmediato, una realidad constituida por recuerdos del pasado y vivencias del presente, la influencia de una vida a cuestas, de un hogar transportable, como lo son estas telas que se doblan como lo hacemos con la ropa y las transportamos de un sitio a otro dentro de una maleta.